Decorar una oficina puede ser un proceso complejo si no tenemos mucha idea de por dónde empezar. Y es que muchas veces nos dejamos llevar por lo que creemos que puede ser mejor, sin seguir ningún patrón, y finalmente el resultado no es el que esperábamos —pudiendo ocasionar que esta se vea demasiado sobrecargada o, por el contrario, que de la sensación de que falta algo e, incluso, que los colores empleados nos acaben cansando al poco tiempo—.
A continuación, te explicamos paso a paso cómo debes proceder a decorar una oficina. Sigue leyendo este artículo para más información.
El estilo de la oficina
Lo primero que debes hacer es planear el diseño que quieres que tenga tu oficina y su estilo. Podemos encontrar muchos ejemplos y modelos, pero es fundamental decantarse por un estilo y mantenerlo en toda la oficina si quieres que haya continuidad y que el resultado sea el esperado. Para ello, lo primero que debes hacer es planear el diseño. Es importante que tengas en cuenta los colores y su combinación, así como el mobiliario y material de oficina que vas a utilizar, pero también otros aspectos fundamentales que veremos a continuación —como la separación de las zonas de trabajo y de relax, el alumbrado, el cableado…—.
El mobiliario y material de oficina
Elegir adecuadamente el mobiliario es fundamental a la hora de decorar cualquier oficina, así como cualquier vivienda. Es importante que este sea elegido en base al estilo que quieras darle a tu oficina. Por ejemplo, si quieres un estilo clásico, sport, moderno, romántico, minimalista, grunge, hípster, boho…
La elección del mobiliario, así como el color de este, influirá mucho en la imagen que quieras transmitir una vez que abras la oficina. Es importante que te documentos bien sobre los diferentes muebles que podemos encontrar para oficinas y cuáles combinan con ellos y con el color de las paredes —por ejemplo—. En el portal especializado en mobiliario y material de oficina Oficinas.top puedes inspirarte en algunas de las recomendaciones que ofrecen los expertos analistas en este sector.
Aunque no es imprescindible que cada mueble sea del mismo color y del mismo material, es importante que siempre mantengas una continuidad con el estilo elegido y que cada pieza combine entre sí. Puedes, por ejemplo, utilizar las sillas de un color y la mesa de otro.
La orientación y el alumbrado
Lo fundamental es que llegue luz natural a la oficina, ya que esta resulta más recomendada para trabajar y evita la fatiga visual, dolores de cabeza… Además, de ahorrar energía. Por ello, es recomendable que los espacios de trabajo estén orientados hacia grandes ventanales. Ahora bien, en caso de que no haya suficiente luz natural, es muy importante elegir bien el tipo de bombillas que se utilizan. Debes hacer una distinción entre la luz puntual para cada puesto de trabajo y la luz general para la oficina. Evita en la medida de lo posible la luz fluorescente que parpadea. Lo mejor es apostar por las luces LED blancas.
El cableado en la oficina
Cuando pensamos en una oficina es inevitable que nos venga a la cabeza el cableado de los ordenadores, impresoras y teléfonos. Sin embargo, esto es un error muy grande, ya que crea una sensación visual de desorden. Lo más recomendable a la hora de decorar una oficina es evitar que el cableado se vea —o que se vea lo mínimo posible—. Para ello, te recomendamos que utilices mesas con espacio para el cableado y que cubran la zona de las piernas con el fin de que este se vea. Además, al esconder los cables no solo mejorarás el problema estético, sino que garantizarás una mayor seguridad, evitando tropiezos y accidentes.
Dividir la zona trabajo y la de relax
Muchas empresas no tienen en cuenta esta característica, sin embargo, resulta fundamental. Es importante que cuando estés decorando la oficina tengas muy en cuenta dividir la zona de trabajo de la zona relax, de otra forma la zona relax acabará convirtiéndose también en una zona de trabajo y los empleados no podrán encontrar un lugar donde despejarse o desconectar en los descansos dentro de la oficina. Existen diferentes métodos para crear independencia entre una zona y otra, hay oficinas que utilizan mobiliario para ello y otras que destinan toda una habitación para la zona relax. La decisión será tomada, en gran parte, por las dimensiones y el espacio disponible.
No recargar demasiado la oficina
Es importante que la oficina sea funcional y que cuente con todos los accesorios, mobiliario y material necesario para poder ejercer la función a la cual esté destinada. Incluso, pueden utilizarse elementos decorativos como cuadros, murales o plantas, entre otras. Ello le dará un toque personal y distintivo a tu empresa y le aportará personalidad, ahora bien, debes tener cuidado con sobrecargar en exceso tu oficina. De esta forma generarás una sensación de agobio y pesadez e, incluso, puede repercutir en la fatiga de los trabajadores y en el rendimiento final.
Que un espacio sea sencillo no significa que no tenga personalidad. Existen muchos trucos para conseguir espacios despejados y minimalistas, pero con mucha personalidad. En estos casos puede ser de gran utilidad contactar con especialistas decoradores para conseguir ese toque personal sin sobrecargar el espacio. También puedes inspirarte en otros diseños, pero siempre manteniendo tu toque personal.
Destinar un espacio para el almacén
La mayoría de las oficinas suelen trabajar con documentos, ya sea de clientes, trámites legales, cuestiones financieras… Es importante contar con un espacio para el almacenaje de estos documentos, de manera que estos queden perfectamente ordenados y se pueda acceder a ellos con facilidad. Sin perder tiempo buscando uno u otro, así como tampoco en el momento de archivarlos. Lo ideal es contar con un almacén propio que esté al alcance de los trabajadores. El almacén ayudará así mismo, a que la empresa se vea mucho más ordenada y a que la sensación visual sea mejor —evitando encontrar archivadores y papeles de hace años encima de la mesa o en las esquinas—.