A continuación vas a encontrar todos los datos que debes conocer sobre el impuesto de sociedades: en qué consiste, cómo se calcula la cuota diferencial y cuánto es el impuesto de sociedades. Sigue leyendo para conocer todos estos datos y valorar también cuál es el tipo impositivo del impuesto de sociedades.
¿Qué es el impuesto de sociedades?
El Impuesto de Sociedades, también conocido como IS, es un tributo que se aplica o que grava la renta de las empresas o de todo tipo de personas jurídicas. Este impuesto es por tanto un gravamen que se debe aplicar a los beneficios obtenidos por las sociedades mercantiles y por otras entidades jurídicas.
El impuesto de sociedades es el que grava los beneficios que las empresas obtienen por su actividad durante un ejercicio fiscal. Este impuesto se aplica a las personas jurídicas que se constituyen como sociedades mercantiles, ya sean sociedades anónimas, limitadas, etc. Ahora bien, este impuesto no se aplica a otros emprendedores que ejerzan su actividad como personas físicas, como por ejemplo los autónomos.
Como pasa con el IRPF, que se paga de forma mensual a través de la nómina y se regulariza con la declaración de la renta, el impuesto sobre sociedades debe abonarse en diferentes momentos durante todo el año.
De esta forma, las sociedades deben presentar el modelo 200 y el 202. El primero es una declaración anual del impuesto sobre sociedades, lo que vendría a ser la declaración de la renta de las empresas, y se presenta en julio, siendo obligatorio aunque no se hayan obtenido rentas sujetas a este impuesto o no se haya desarrollado actividad.
El segundo es el modelo de pago fraccionado de impuesto sobre sociedades, y debe presentarse en abril, en octubre y en diciembre si hemos obtenido un resultado positivo al presentar el modelo 200. Es un abono fraccionado y anticipado del modelo 200, con un tipo del dieciocho por ciento a nivel general y del veinticuatro por ciento para las empresas que facturen más de diez millones de euros al año.
¿Cómo se calcula la cuota diferencial del impuesto de sociedades?
Para poder calcular la cuota diferencial primero debes saber que existen las cuotas íntegras, las líquidas y las diferenciales. Para poder calcular la cuota diferencial se deben conocer la íntegra y la líquida.
La cuota íntegra es la que se obtiene al sumar la cuota íntegra estatal, que surge multiplicando la base liquidable por el tipo de tarifa estatal más la cuota íntegra autonómica, lo cual se hace multiplicando la cuota por los porcentajes previamente fijados por las diferentes comunidades autónomas.
La cuota líquida se calcula restando a la cuota íntegra diferentes ventajas fiscales, siempre y cuando operen. Hablamos de beneficios como la inversión en negocios de nueva creación o las deducciones por alquileres de vivienda, por ejemplo.
Una vez definidas estas dos cuotas se puede calcular la cuota diferencial. Ésta es la cuota obtenida cuando al resultado se le deducen los importes de las retenciones pagos a cuenta realizadas durante el ejercicio a tributar.
De esta forma, lo primero que debes hacer es disponer de la cuota líquida y deducir los rendimientos del trabajo del ejercicio fiscal que estés contemplando en la declaración de la Renta.
Debes deducir también los rendimientos del capital mobiliario y los arrendamientos de inmuebles urbanos. A continuación debes deducir los rendimientos generados por actividades económicas y lo aplicable teniendo en cuenta el régimen especial de atribución de rentas, así como también las imputaciones de rentas desprendidas de los diferentes derechos de imagen. Finalmente debes deducir las ganancias patrimoniales, hasta si son premios, y así podrás calcular de manera eficiente la cuota diferencial.
¿Cuánto es el impuesto de sociedades?
De esta forma, las sociedades mercantiles pagan el impuesto de sociedades como un porcentaje de sus rentas, entendiendo de esta forma los beneficios empresariales o el resultado contable de la sociedad (ingresos menos gastos). Del mismo modo, el impuesto sobre sociedades también grava diferentes cantidades reconocidas como beneficios por la legislación mercantil.
Como nos explican desde este artículo de gestoría Pyme, no se debe confundir los beneficios de una sociedad y su facturación. Es posible que las empresas facturen millones pero tengan beneficios negativos. En estos casos las empresas no deben pagar nada en el impuesto de sociedades, e incluso podrán compensar las pérdidas con algunos beneficios obtenidos en los ejercicios posteriores. Ahora bien, la empresa tendrá que pagar el resto de impuestos y las cargas sociales, como el IRPF de los empleados, el IVA y las cotizaciones sociales.
De esta manera, el impuesto de sociedades es un tributo que es competencia del estado, con lo que se aplica el mismo gravamen en el territorio español, con algunas excepciones que veremos en el punto siguiente. De esta forma, el tipo general es del 25 por ciento en casi toda España, con algunas excepciones como que las cooperativas protegidas a nivel fiscal pagan el 20 por ciento, las empresas de nueva creación pagan el quince por ciento en los dos primeros ejercicios con base positiva y las sociedades de inversión pagan el diez por ciento.
Ahora bien, es fundamental tener en cuenta que esto es el tipo impositivo y otra cosa diferente es el tipo efectivo, que será el que se aplica de manera eficiente a la base imposible para conseguir la cuota resultante final a pagar, y que no tiene por qué coincidir exactamente, ya que existen diferentes deducciones que permiten reducir la base imponible, como por ejemplo el capital invertido en investigación, las reinversiones de los beneficios o la inversión en desarrollo.
Tipo impositivo del impuesto de sociedades, ¿cuál es?
En cuanto al tipo impositivo del Impuesto de Sociedades cabe reseñar que como algunas comunidades en España tienen autonomía fiscal, el tipo impositivo no es igual en todo el país. De esta manera, mientras en Navarra y en el País Vasco las sociedades tributan un veintiocho por ciento de sus beneficios al Impuesto sobre Sociedades, en el resto de España el tipo impositivo que se aplica es del 25 por ciento. En este punto se incluyen también las Islas Canarias, las Islas Baleares, Ceuta y Melilla.
Del mismo modo, también es importante valorar que si se trata de empresas de nueva creación, el impuesto de sociedades es del quince por ciento para el primer período impositivo en el que se obtiene una base impositiva y el siguiente.