La traducción jurada es una de las ramas más imprescindibles e importantes del ámbito de la traducción, aunque a la vez también es una de las menos conocidas. Hablamos de un tipo de traducción que, en muchas ocasiones, se pasa por alto o que ni siquiera se tiene en consideración, puesto que existen otros ámbitos de la traducción muchísimo más populares, como pueden ser por ejemplo el de la traducción editorial, traducción audiovisual o traducción especializada, que suelen ser muchas de las salidas más elegidas de esta carrera.
Sin embargo, en este artículo venimos a tratar esta otra rama de la traducción como se merece y te explicamos, en una pequeña guía, en qué consiste realmente la traducción jurada, cuáles son los documentos a los que se enfrenta un traductor jurado y cuándo necesita una empresa una traducción jurada para que puedas comprender al detalle la importancia de esta figura del traductor y de su trabajo en el ámbito empresarial.
¿Qué es una traducción jurada?
Como buen puedes imaginarte, la traducción jurada es un tipo de traducción que se lleva a cabo en el ámbito legal y que sucede en el caso de que se le quiera otorgarle validez de carácter oficial, público y legal a un documento. Hablamos de cualquier tipo de documento que necesita traducirse de un idioma de origen al español o viceversa, ya que nos encontramos ante un trabajo específico de un traductor profesional de la rama jurada que tiene la potestad tanto para traducir el documento con fidelidad como para legalizarlo a ojos de la ley.
De este modo, cabe comprender que la figura del traductor jurado está oficializada y regularizada por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación y, por lo tanto, para poder convertirse en traductor tienes que haber sido nombrado específicamente por este órgano. Todos los traductores jurados en España están acreditados por este Ministerio, ya que solo ellos tienen la jurisdicción necesaria para certificar que el texto que se ha traducido de una lengua a otra se ha hecho de una forma legal, oficial, verídica, clara, fiel y completa.
Por este motivo, hablamos de que la traducción jurada es un tipo de traducción que abarca muchísimos ámbitos distintos, puesto que son muchos los organismos oficiales o empresas privadas que necesitan de traducciones juradas. De tal manera, en cualquier momento en el que se necesite presentar un documento extranjero necesitaremos siempre contar con una traducción jurada.
Algunos ejemplos son, por ejemplo, la convalidación de títulos académicos, certificados de nacimiento, de matrimonio, permisos de conducir, contratos empresariales, etcétera. Sin embargo, si quieres ahondar en profundidad de cuáles son los documentos que traduce un traductor jurado para empresas, te lo explicamos en más detalle en el siguiente apartado.
Características de las traducciones juradas
En relación con todo esto, para poder determinar que una traducción jurada es legal, tenemos que atender a que siempre deben de llevar un formato establecido conforme a la normativa y que, por lo tanto, siempre que queramos asegurarnos de que un documento corresponde a una traducción jurada, tendremos que buscar el sello y la firma del traductor intérprete jurado, que funciona a modo de resguardo y de responsabilidad ética de que el documento tiene carácter legal.
A esto hay que sumarle que en el sello de cada traductor jurado deberemos de apreciar:
- El número de traductor o de intérprete jurado que lo acredita como trabajador del Ministerio.
- El nombre y apellido de este traductor.
- El idioma o los idiomas que lo habilitan, conforme a lo que establece el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.
¿Cuáles son los documentos más frecuentes de traducción jurada para empresas?
Como comentamos, aunque los traductores jurados trabajan de forma general para los organismos oficiales, esto no son los únicos que requieren de la presencia de este profesional. Muchas empresas que funcionan fuera del ámbito nacional también se ven involucradas en el intercambio de documentos en más de un idioma y, por lo tanto, siempre que quieran llevar a cabo estos trámites multilingüísticos de una forma legal y oficial, van a tener que recurrir a la figura del traductor jurado.
Como comentamos, el traductor jurado es el que se encarga de legalizar un texto que proviene de una lengua extranjera, y una empresa internacional va a requerir de la atención de esta revisión y traducción sellada por parte de un traductor jurado para no incurrir en posibles delitos.
Si atendemos a qué documentos puede traducir un traductor jurado para una empresa, podemos hablar de todos estos:
- Estatutos de sociedad.
- Licitaciones públicas.
- Contratos laborales, mercantiles y otros.
- Escrituras.
- Facturas comerciales.
- Asignación del NIF.
- Datos de registro mercantil.
- Solvencia financiera.
- Actas de junta y cuentas anuales.
- Poderes notariales.
Aun así, a todo esto hay que sumarle que los traductores jurados también pueden verse involucrados en la traducción de certificados médicos, certificados de defunción, certificados de nacimiento o certificados de matrimonio, certificados de fe de vida, libros de familia, DNI o carnet de conducir o pasaportes, certificados de residencias o de empadronamiento, certificados de solvencia financiera, certificados de antecedentes penales, certificados bancarios, certificados de declaraciones de impuestos, sentencias de divorcio, etcétera.
¿Todas las empresas necesitan una traducción jurada?
Una de las preguntas más habituales qué podemos encontrarnos en muchas empresas o por muchos empresarios que se dedican a trabajar con socios internacionales es la de la necesidad de contratar un traductor jurado. Y es que realmente, tal y como estipula la ley, cualquier documento que no esté adaptado en la lengua castellana pero que quiera considerarse válido dentro de nuestro territorio, deberá ir siempre acompañado de una traducción jurada, por lo que sí que es obligatorio que las empresas realicen traducciones juradas para sus documentos extranjeros, siempre y cuando quieran que estos tengan un carácter público y legal.
Esto significa que siempre que una empresa quiera internacionalizarse y llevar a cabo una transacción de bienes o de servicios fuera del mercado español, necesitará obtener ciertos documentos legales que lo capaciten para llevar a cabo sus negocios fuera de nuestro territorio. En este caso, la traducción jurada va a ser esencial para certificar distintos documentos comerciales, legales, jurídicos y financieros que los ayudarán en este proceso de globalización.
Como hemos comentado, una empresa puede trabajar con diversos documentos que van a necesitar esta firma y sello legal para poder ser aceptados por otros organismos o entidades legales de países extranjeros, por lo que si un traductor jurado no acredita, estos documentos no resultarán válidos y, por lo tanto, no podrán llevarse a cabo los negocios internacionales.
De nuevo podemos hacer referencia, por ejemplo, a poderes notariales, actas de junta, escrituras de constitución, estatutos sociales, demandas, contratos y muchos otros tipos de documentos que resultan imprescindibles en la compraventa de distintas mercancías o en el intercambio de bienes o servicios entre países de distintos territorios.
Si estás buscando un traductor jurado profesional que se encarga de llevar a cabo la documentación internacional de tu empresa, te recomendamos que te pongas en contacto con https://geajuridicas.com/traduccion-jurada/, puesto que se encargarán de oficializar tus documentos con profesionalidad, calidad y efectividad.
¿Cuándo es necesario contratar a un traductor jurado?
Tal y como ya hemos expuesto en los apartados anteriores, determinar si va a ser necesaria la ayuda de un traductor jurado siempre dependerá de forma directa de la necesidad de la empresa de expandirse más allá del territorio español y, por lo tanto, tendremos que determinar si los documentos que maneja la empresa están únicamente en español o si, como resultado, interfieren con otros idiomas.
No todas las empresas van a necesitar una traducción jurada, siempre y cuando estas únicamente trabajen con documentación en la lengua castellana. Pero en un momento en el que quieran globalizarse sí que necesitaremos contar con el trabajo de un profesional en este ámbito. Ya que este se encargará de traducir los documentos de un idioma de origen a uno de destino, siendo cualquiera de ellos el español.
Por este motivo, si la empresa únicamente desea traducir documentos internos que únicamente tengan carácter informativo, entonces no será necesario el sello de un traductor jurado. No obstante, si queremos que estos documentos formen parte de un proceso administrativo en el mercado internacional, entonces sí que se requerirá la contratación de un traductor jurado. Esto será para acreditar estos documentos y otorgarles una validez legal que les abra las puertas más allá de las fronteras del territorio español.
Si nos vemos frente al caso de que se entrega una traducción que no ha sido jurada previamente por un profesional en un proceso administrativo internacional, lo más habitual es que este documento no se considere válido, por lo tanto, no se acepte. Para ello deberá repetirse de nuevo el proceso con la figura del traductor jurado de por medio para que este selle y valide el documento y se subsane el procedimiento.
Dicho esto, es imprescindible tener en cuenta que cada país tiene distintos procesos administrativos y requisitos, por lo que por ello también resulta imprescindible la figura de este profesional. Piensa que este será el que se encargue de conocer las leyes y ponerse en contacto con las autoridades relevantes para llevar a cabo esta traducción de una forma totalmente legal con la que evite poner en compromiso a la empresa y a sus documentos. Asimismo, será imprescindible contratar al traductor jurado siempre en la lengua correspondiente al país en el que se requiera dicha traducción jurada, para realizar el proceso adecuadamente.